jueves, 26 de enero de 2012

ENTRADA 9

Así que ahí me encontraba, mirando atónito como había una columna de fuego más adelante y sin espacio para continuar en esa autopista. Todos los vehículos se encontraban abandonados, obstruyéndome el paso. Simplemente me había dejado caer sobre el volante, casi sin esperanzas. Era la única ruta que conocía perfectamente como para dirigirme hasta el refugio. Cuando me estaba proponiendo volver, miré por el retrovisor y sin darme cuenta, se me acercaba una horda de esos muertos vivientes. Había quedado sorprendido. Es abismal la diferencia entre verlo con tus propios ojos y verlo en una película.

Rápidamente puse la palanca de cambios en marcha atrás y a toda velocidad salí de esa autopista. No quería meterme en aprietos, no como aquella vez que terminé despierto en una fuente de la plaza principal y tuvo que venir la policía a sacarme. Creo que ese día Kenny pensó que era Superman y yo Aquaman. Menuda suerte la mía. Ese día había dejado de fumar mis "antidepresivos" naturales, como le llamábamos. Retomando el tema: Me había costado salir de ahí, tuve que esquivar a un par que salieron de entre los vehículos, pero había podido escapar de ahí.

Por un buen rato, me encontraba manejando sin dirección, no sabía adonde ir: mi casa no era segura, los centros comerciales no eran buena idea. El único lugar que se me ocurría por el momento era mi colegio. Odiaba ese lugar pero las cafeterías todavía deben de tener comida y las paredes altas podrían protegerme por un rato hasta que haya ideado una manera de llegar a mi refugio. Posiblemente haya un mapa en algún lugar. Ese iba a ser mi refugio ideal por un par de días.

Estaba a un par de metros y no sabía por dónde entrar. Entonces se me ocurrió: el gimnasio tiene puertas grandes hacia el exterior, podría entrar y guardar ahí el Humvee. Me acerqué y dejé el vehículo en la entrada, entonces me bajé a abrir la puerta. El portón se encontraba cerrado con un gran candado desde afuera. Me quedé meditando por un momento en dónde podría estar la llave. Entonces me acordé, en uno de los bolsos que traía como equipaje, que podría tener una solución mágica a todos mis problemas en ese momento. Me volteé hacia el vehículo y busqué por un momento preguntándome donde podría estar. Recuerdo haber gritado "Eureka" mientras miraba lo que sostenía en la mano: una Remington 870, la escopeta que los policías utilizaban. La cargué con un par de cartuchos que encontré y luego apunté al candado. Después de una fracción de segundo, le disparé, y rápidamente abrí el portón.Me subí al vehículo y lo volví a cerrar. El lugar se veía abandonado, pero igual tenía que investigar.

Había pasado un buen rato, me estaba acomodando en uno de los sillones de la oficina del director, cuando había escuchado un sonido en alguna parte del colegio. Posiblemente del ala oeste, ya que se encontraba cerrado el pasillo que comunicaba con ella, así que no podría averiguar que pudo haber sido hasta el otro día. Solo estaba seguro de algo: no me encontraba solo en ese lugar.

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