domingo, 22 de enero de 2012

ENTRADA 2: Los Comienzos de la maldad

30 de noviembre del año 2011.

Odio mi despertador, todos los días a las 7 de la mañana. Solo para ir al colegio. Bien, un lugar que no me agrada mucho, ademas de la razón obvia, tengo que ir a soportar a toda la gente que me detesta, y que detesto. En resumen, odio el colegio y la sociedad, sobre todo a cuando hay muchas personas juntas.

Esa mañana hice lo mismo que hago todas las mañanas, a lo cual no entrare en detalles, simplemente no importa, por lo cual termine y me encamine hacia el colegio. Al llegar me senté en mi amado lugar, lejos, en un rincón del salón de clases al que asistí durante casi todo el año, esperando un par de días para no volver a ver a toda esta gente, jamas, en mi vida de nuevo. Estuve tranquilo durante un rato, sin prestarle atención al profesor que parecía algo asustado, tal vez por algo que vio en las noticias. Yo casi nunca veía tele, generalmente me quedaba escuchando algo de Nirvana o de Metallica en la parte de atrás de la tienda de armas de mi papa. Ese viejo siempre insistió en enseñarme a usar un arma, y yo nunca me negué. Es simplemente genial tener una entre tus manos, puedes sentir que tienes el poder de Dios entre ellas, pero nunca la dispararía contra una persona, por mucho que la deteste.

Un murmullo incesante entre mis compañeros de al lado me había hecho despertar de mi sueño. Era inquietante, estaban hablando sobre una ciudad de alguna parte de Asia o medio Oriente, tal vez haya sido Rusia, quien sabe. La noticia era escalofriante. Estaban hablando sobre como en una ciudad comenzaron a haber asesinatos pequeños, gente encontrada con mordeduras en los hospitales, que presentaban casos de violencia e ira. Algo inquietante, a decir verdad. Pude escuchar como decían sobre que ahora enviaron militares estadounidenses a la zona por una inexplicable ola de asesinatos, en todas partes de la ciudad, con cientos de personas atacando y siendo atacadas, todas a la vez. El caos reinaba en ese lugar, menos mal que queda lejos de mi ciudad. Estaré a salvo aquí en Sentel, Estados Unidos.

Esa mañana terminó como siempre, conmigo escapandome en la tercer hora de descanso, bajo un árbol en un refugio secreto que tengo a las afueras de la ciudad. Era simplemente perfecto. Nadie sabía donde estaba.

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