martes, 13 de marzo de 2012

ENTRADA 27: Trampas de arena

En todo el trayecto hasta la planta baja no había dirigido ni una palabra hacia el resto de los que ahí se encontraban. Nos habíamos mantenido en silencio todo el tiempo, tal vez hayamos sabido del peligro que corríamos en ese territorio inexplorado, o tal vez el hecho de la incomodidad que todos sentíamos para poder hablar después de lo ocurrido. Yo mismo había generado esa situación en la que nos encontrábamos. Yo nos sumí en esa situación de mierda. Yo hacía que nos sumergiéramos cada vez más en profundas trampas de arena que nos encontrábamos en nuestro camino. Yo era la culpa de todo. 

Y tenía que dejar de pensar en esas cosas si no quería acabar con alguna bala en mi cabeza, ya sea por Ben o por mano propia. Quien sabe. Era un nuevo mundo, nuevas reglas. Y la presión era constante.
Todo el trayecto pensé porque no habían visto la entrada a aquella parte del hospital antes. Ben debe de haber estado ocultando algo. Sino, ¿por qué otra razón me atacaría de esa forma tan violenta como me atacó ahí arriba? Algo no cerraba. Pero no iba a preguntar nada, no quería morir. Todavía...

Ya en planta baja, estando al lado de la puerta que nos conducía hacia la sala de espera del ala este, Ben se detuvo en el picaporte y se volteó para preguntarnos cuantas balas nos quedaban:

- Un cargador y medio para mi pistola - dijo Liz.

- Me quedan 5 cartuchos en la escopeta, después de eso, nada. - le respondí.

- Mi pistola tiene un cargador completo, mas el que tengo guardado, en total tengo 2 cargadores completos - dijo Abigail.

Estaba impresionado, Abigail sabía manejar un arma, pero jamás me dijo algo sobre eso. Tal vez no veía la necesidad de usar una hasta ese momento. Se encontraba siempre protegida por mí o por su hermano, pero no íbamos a estar para siempre, y tendría que protegerse ella misma en algún momento. Después de haber pensado un poco sobre eso, Ben abrió la puerta despacio y miró alrededor. "Síganme y no hagan ruido" nos dijo. 

Abrió la puerta despacio y Ben salió primero, avanzando lentamente hasta el pasillo que nos llevaría al ala oeste, donde nos encontrábamos antes. Habían un par de zombis a un par de metros, pero no nos habían sentido, por lo que tranquilamente pudimos adentrarnos por los pasillos. Habíamos avanzado considerablemente hasta que nos habíamos encontrado con un obstáculo: el pasillo estaba obstruido. Pareciera como si hubiesen querido que algo no entrara. O saliera de ahí.

- Mierda, me había olvidado de esto. Tendremos que ir por la cafetería - dijo Ben, con aire de preocupado.

- Ben, ¿te pasa algo? - preguntó Abby.

- No quiero hablar del tema, ya se van a enterar cuando lleguemos ahí.

Cada vez se encontraba más raro. Todo ese comportamiento que tenía había comenzado cuando vio que la única salida era la entrada por el ala este. Algo estaba ocultando, lo podía presentir. Inmediatamente, dimos la vuelta y nos dirigimos en la dirección contraria.

- Oigan, esperen. Mi mamá se encontraba en el piso de arriba. - dijo Abigail

- Abby... - respondió Ben, con aire de tristeza.

No quería entrometerme en sus problemas familiares, pero estábamos cortos de munición, y no conocemos el estado de esta parte del hospital. Quien sabe que nos esperaba ahí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario