domingo, 16 de septiembre de 2012

ENTRADA 33: ¿Quién quiere vivir por siempre?

Simplemente no podía creer como todo había pasado así de rápido. Ya no tenía sentido seguir viviendo, pero por alguna extraña razón, no podía quitarme la vida. Algo me lo impedía. Sólo sabía que tendría que seguir existiendo en este mundo de mierda, aguantando a todos los hijos de puta esos que tratan de comernos a Liz y a mí.
Sólo quedaban recuerdos de nuestro pasado, gente que realmente había llegado a tocar mi corazón ya no existía.  Había mostrado humanidad recién cuando todo se había ido al carajo. Pero eso no importaba. Ahí me encontraba, junto a Liz, caminando por las calles de la ciudad. Un puto desierto. Todavía nos faltaba un largo trecho para llegar a nuestro refugio, así que debíamos apurarnos para encontrar un vehículo.
Seguimos caminando un par de metros, y al llegar a la esquina, ambos habíamos visto un vehículo policial. Sabía que ella también estaba pensando en lo mismo. Corrimos en la dirección donde se encontraba, y me dijo "cúbreme, yo busco como encenderlo". Y eso fue precisamente lo que hice.
Rápidamente, después de toquetear los cables, logró encender el auto y ambos nos subimos.
Ella iba manejando, mientras yo me encontraba tranquilo sentado del lado del acompañante. Iba pensando sobre todo, pero a la vez de nada; sobre realmente quien querría vivir para siempre. ¿Vivir en este puto infierno que nos rodea? Simplemente me volvería un loco si continuara aquí, luchando, solo, sin ayuda de nadie. Y Liz lo sabía. Ambos nos encontrábamos pensando en eso. Sé que ella debía de estar sufriendo mas que yo, pero ninguno de los dos lo aparentaba. Solo se notaba con el silencio.
Seguíamos en silencio, hasta que al doblar en una esquina vimos a, no se si cientos, capaz que miles de zombis amontonados, quienes habían escuchado el sonido del motor del auto y se nos estaban por abalanzar encima en cualquier instante.

- Rápido, ¡retrocede! - le grité a Elizabeth.

Inmediatamente, antes de que terminara de pronunciar mis palabras, ella ya había puesto marcha atrás y habíamos cambiado de rumbo. La situación se nos estaba complicando bastante. La ciudad entera estaba en silencio, así que el ruido del motor seguro debía de haber estado atrayendo a todos los putos caníbales a donde nosotros nos encontrábamos. Nosotros mismos estábamos creando nuestro futuro, nos estábamos metiendo en un callejón sin salida, con cada paso, con cada suspiro. Simplemente no resistiríamos eternamente, sucumbiríamos ante ellos. No seremos fuertes por siempre.

- Deberíamos detenernos. Tenemos que caminar. - me dijo Liz mientras paraba el auto en medio del camino.

Ambos bajamos del vehículo con nuestras cosas, y nos metimos a una casa que se encontraba al costado, que parecía vacía. Lentamente abrí la puerta y traté de prender las luces, pero ya no funcionaba el sistema eléctrico de la ciudad. Saqué el encendedor que tenía en el bolsillo y traté de iluminar la habitación. Se escuchaba el gemido de un zombi en alguna parte de la casa, pero no lograba distinguir de dónde. Liz se había quedado afuera haciendo guardia mientras yo revisaba el lugar.

Avancé lentamente por las escaleras, cuando una ráfaga de viento logró apagar la llama del encendedor que llevaba en la mano. "Mierda, esto no es bueno" pensé. Seguía escuchando los gemidos, estaban cada vez más cerca, y yo no podía prender el puto encendedor. Mi corazón se estaba acelerando bastante, estaba nervioso.

Por fin había logrado que encendiera, y cuando levanté la mirada, había visto una cara toda llena de pus, sangre por doquier. Le faltaba media mandíbula, y ya se encontraba en estado avanzado de descomposición. El muy hijo de perra se había abalanzado contra mí, cayendo ambos hacia el piso a través de las escaleras. Me había golpeado la cabeza fuertemente, y me encontraba mareado. Trate de agarrar el encendedor pero no tenía idea de donde se encontraba. Estaba en la oscuridad, solo, a punto de desmayarme, creo que en ese momento había vomitado en el piso. Me estaba saliendo sangre de la cabeza, y lo peor de todo: no sabía donde mierda había quedado el hijo de puta de ese zombi.

No hay comentarios:

Publicar un comentario